lunes, 3 de marzo de 2014

CARNAVAL TODA LA VIDA!!



• CARNAVAL TODA LA VIDA •

Con miles de años a cuesta, el carnaval es una de las fiestas populares de mayor tradición en la historia y si bien tiene su origen en rituales paganos en Grecia y Egipto, con el paso del tiempo los pueblos de tradición cristiana fueron los que lo adoptaron. De esta manera, la iglesia reguló la celebración para que los tres días previos al ayuno de la cuaresma se pudiera comer carne. Bajo el nombre de “carnestolendas” surgió el Carnaval, donde el sentido cristiano buscó marcar el opuesto necesario entre carnalidad y espiritualidad, que al desenfreno le siga la continencia… Pero lo cierto es que la esencia del carnaval pagano era diferente: una especie de aceptación pública, permitida y permisiva de la sustitución de la realidad donde se invertían todos los roles, la celebración con comida y bebida en cantidad, las bromas y burlas, las mascaras que los hacían a todos iguales y la liberación sin miedo a represarías porque en el carnaval estaba todo permitido.

Al pasar los siglos esta celebración se trasladó a diferentes países y culturas que le incorporaron nuevos estilos y tradiciones. Su arribo a América Latina estuvo ligado a la llegada de españoles y portugueses al continente. De esta manera, las tradiciones prehispánicas que con sus cultos, rituales y su relación con la naturaleza consolidaban lo grupal por sobre lo individual (sin importar la posición social, género o edad) se mezclaron con el carnaval que provino del viejo mundo. Durante tres días se bailaba, cantaba, se pintaban los rostros, se disfrazaban con pieles de animales, se bebía chicha y se festejaba con música e instrumentos autóctonos.

Cada región del continente se apropió del carnaval dándole ese toque particular. Así nacen las “Diabladas” de Bolivia (con personajes como el diablo Supay), con comparsas coloridas y la danza característica de la región; en Colombia el “Carnaval de Negros y Blancos” de profundas raíces indígenas (prohibido en el siglo XIX); el carnaval de Uruguay en el que confluyen las murgas (origen español) y el candombe (origen afro-negro). En Perú, cada región tiene su carnaval en los que se entremezcla lo natural, con lo sobrenatural; lo religioso con lo pagano; lo terrenal con lo cósmico…

En Argentina, la celebración también depende de la región y cultura de la misma. Es así que mientras en Buenos Aires las murgas, bombos y platillos invaden los barrios, en La Rioja la fiesta ancestral La Chaya inicia cuando nace el dios del carnaval Pujllay (un muñeco de trapo de tamaño natural con cabeza canosa); y en la Quebrada de Humahuaca, el desentierro del diablito da inicio a la fiesta. Entre carnavalitos, bombos, cajas, sikus, harina y albahaca, el carnaval arrastra una tradición netamente coya.

De esta manera, los disfraces se sumaron a las mascaras, apareció el papel picado, las guerras de agua, la harina, espuma, las carrosas, los desfiles, las comparsas, los tambores, las murgas, la música, el corso… Y también se incorporaron las denuncias sociales que encontraron voz en las diferentes murgas y sus canciones críticas. Sin embargo, la ley 21.329 de la última dictadura militar buscó silenciarlas quitando el feriado de Carnaval. 

Pero las murgas siguieron presentes en los barrios, organizándose y dando origen a nuevas experiencias. Bombos y platillos siguieron sonando, incorporando nuevos elementos como el circo y el teatro. Hoy, luego de años de luchas, volvemos a tener un feriado de Carnaval, pero esta fecha significa mucho más que un simple feriado. El carnaval como una práctica cultural de resistencia y fiesta popular colectiva emerge en los barrios como contraposición a los espectáculos masivos que posicionan al sujeto meramente como espectador.

Los grandes espectáculos - como el Carnaval de Gualeguaychú - no solo posicionan a las personas como un individuo entre muchos (sin un rol activo dentro de esta festividad), sino que reflejan los valores de las culturas dominantes: fetichización del cuerpo, la competencia, personas como meros consumidorxs y la exclusión de aquellxs que no pueden costear una entrada junto a la división en relación al poder adquisitivos (sectores vip).

Es por ello que reivindicamos al carnaval como fiesta popular y de resistencia… El carnaval como construcción colectiva, donde todxs somos iguales bajo las mascaras y la espuma. Ese que llena las calles, los barrios y los pueblos de colores, alegría y donde las culturas ancestrales emergen con sus rituales, dioses y tradiciones. 

Reivindicamos y celebramos el carnaval del pueblo y para el pueblo.

Arte Al Ataque
Espacio de Cultura del Frente Popular Darío Santillán – Corriente Nacional.





Imágenes del corso de Arana - Música, color y muuuucha espuma!










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