lunes, 30 de diciembre de 2013

La música no mata… la corrupción sí!

• La música no mata… la corrupción sí! •



La noche del 30 de Diciembre de 2004 quedó grabada en la memoria del país y 9 años después familiares/sobrevivientes de aquella tragedia siguen exigiendo justicia por lxs 194 pibxs que se fueron esa noche. Nueve años después la herida sigue abierta y si bien el caso puede analizarse desde diversas miradas, lo que sucedió en Cromañón fue el resultado de una sumatoria de negligencias reflejo de las políticas que se tuvo (y tiene) por parte de los diversos gobiernos en materia cultural, dejando en evidencia a un sistema que priorizó (y prioriza) los negociados que unxs pocxs hacen en relación a la cultura y lxs artistas. 

Ayer como hoy, las limitaciones que tienen lxs trabajadorxs de la cultura para acceder a un espacio donde expresar o desarrollar su arte son demasiadas. No solo porque el presupuesto destinado a cultura es cada vez menor sino porque aquellxs que buscan engrosarse los bolsillos encuentran amparo en funcionarios políticos y empresarios a la hora de proveer lugares que en realidad no son aptos para desarrollar cierto tipo de actividades. 

La capacidad del boliche que se sobrepasó, las salidas de emergencia que no estaban habilitadas, la infraestructura del local y la media sombra, la policía y las coimas, los extinguidores que no estaban en condiciones y las habilitaciones vencidas estuvieron presentes en Cromañón porque empresarios como Omar Chabán, policías como Carlos Díaz y funcionarixs como Fabiana Fiszbin, Gustavo Torres y Ana María Fernández lo permitieron. 

Si bien varixs de lxs responsables fueron juzgadxs y condenadxs, el cambio de caratula del caso a lo largo del juicio (así como de jueces que intervinieron en la causa) tuvo como consecuencia la reducción de las penas y la posterior condena de los integrantes de Callejeros. Sin embargo, la justicia no consideró a Aníbal Ibarra – por entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires – responsable de nada de lo acontecido aquella noche de Diciembre. Y es por ello que, luego de ser sobreseído, no tardó en volver a la política en las elecciones de 2007 y actualmente es legislador por la ciudad de Buenos Aires. 

La justicia se tradujo en cierres de boliches y espacios culturales, afectando directamente a lxs artistas y al público, cuando en realidad las medidas tendrían que haber apuntado a aquellas personas que deberían garantizar que tanto las infraestructuras de los lugares estén en condiciones para realizar eventos como que los recursos destinados a cultura estén presentes. 

Cromañón le sucedió a lxs pibxs que se fueron, a lxs que sobrevivieron, a las familias y a la sociedad en general. Cromañón le pasó a Callejeros, pero le podría haber pasado a cualquier banda que se presentara allí, ya que las condiciones y la manera en que se manejaba el local estaban destinadas a lo que ocurrió el 30 de Diciembre.

Exigimos justicia por lxs pibxs, no olvidamos ni perdonamos… Pero también creemos fundamental que debe haber un cambio estructural en relación a la forma de ver, pensar y hacer cultura por parte de los diferentes gobiernos para que nunca más haya un Cromañón.

Ni la bengala ni el rock and roll… A nuestrxs pibxs lxs mató la corrupción!

ESPACIO DE CULTURA DEL FPDS CN

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