El Día de Muertos es una celebración mexicana que se desarrolla los primeros dos días de Noviembre y cuyo origen se remonta mucho tiempo antes de la llegada de los españoles a nuestras tierras: existen registros en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca.
Esta festividad era dirigida por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (hoy relacionada con "la Catrina") y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos; y se celebraba durante el noveno mes del calendario solar azteca (Agosto). Sin embargo, cuando los españoles comenzaron los procesos colonizadores, trasladaron la fecha a inicio de Noviembre para que coincidiese con las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas.
La relación que se tenía con la vida y la muerte era muy diferente a la que se desarrolló luego de 1492, ya que el catolicismo introdujo la idea de “cielo” e “infierno”, dos escenarios de “premio o castigo” para cuando alguien moría. De esta manera, se rompió con la creencia de que el camino destinado a las almas de lxs muertxs era determinado por el tipo de muerte y no por el comportamiento en vida.
Los rituales reflejaban la concepción que se tenía de la muerte, no como algo trágico sino como el pasaje a otro escenario no terrenal. Siglos después, el encuentro con la muerte se hace de manera alegre, en un ambiente relajado y en comunión con lxs otrxs. Durante el Día de Muertos, las almas regresan a este mundo para reencontrarse con aquellxs que todavía no partieron y tanto las casas como los cementerios se transforman en altares con calacas, calaveras de dulce, pan de muertos, litografías, mezcal, tequila, pulque o atole, coronas de flores (las cuales se cree atraen las almas de los muertos) e incluso juguetes para las almas de lxs niñxs.
Si bien la colonización modificó algunos aspectos de esta festividad, las diferentes culturas latinoamericanas resisten para que nuestras tradiciones sigan vigentes, luchando contra aquellas que buscan imponerse e invisibilizar aquello que existía previamente. Las tradiciones prehispánicas gritan desde las profundidades de Latinoamérica y los rituales son el reflejo de lo colectivo y popular de nuestras creencias y costumbres.
Celebramos lo diverso de Nuestramérica y seguiremos luchamos porque nuestras manifestaciones culturales sean reflejo de nuestra cosmovisión.
Arte al Ataque por Nuestraamérica
Día de muertos en Tzintzuntzan (Michoacán, México). 2010.
Fotografías de Ayelén Rodriguez
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