Si el día del niñx vas a realizar o comprar algún juguete esta bueno pensar primero...
¿QUÉ JUGUETE VAMOS A REGALAR?
Los juguetes son dispositivos que transmiten, a través de la expresión social del juego, cultura. La misma se transfiere y recrea entre generaciones, siendo los juguetes – para nada inocentes - el medio por el cual se construyen diferentes ideas, valores, modos de ser y habitar el mundo.
Día de lxs niñxs y los juguetes
Nuevamente el calendario
nos marca una fecha que, inevitablemente, asociamos a una sola cosa: juguetes. De esta manera, dejamos por
fuera inagotables discusiones, aportes y reflexiones que se pueden generar en
torno a la niñez y qué tipo de políticas deberían aplicarse para que realmente
este sea un “feliz día” para todxs
lxs niñxs del país.
Ahora bien, muy pocas
veces la compra de esos juguetes están asociadas a una reflexión sobre el por qué y para qué le damos juguetes a lxs niñxs. Una de las respuestas más rápidas
sería “para que se diviertan”, sin
embargo ignoramos que al momento de ir a una juguetería estamos reviviendo una
práctica cultural que nos posiciona en el centro mismo de la trama donde los
juguetes funcionan como símbolo, mediadores y atributo de la infancia.
Tanto juguetes como
juego son de naturalezas diferentes, siendo los primeros productos de cambios
sociales, culturales y económicos producidos en la modernidad. De esta manera,
el desarrollo del capitalismo permitió que los juguetes adquieran un estatus
cultural que antes no poseían, posibilitando que el negocio en torno a los
mismos creciera, posicionando a lxs adultxs como proveedorxs en lugar de
guías/formadorxs.
Sin embargo, el consumo
infantil no puede percibirse solamente como un problema económico, sino que a
su vez es un problema cultural, ligado a la construcción de identidad de lxs
más pequeñxs. El consumo simbólico de los juguetes, entre tantas otras cosas,
es compartido por muchxs niñxs sin importar una posibilidad de compra real, la
disponibilidad de los recursos o el nivel socioeconómicos de lxs mismxs.
El bombardeo
publicitario a través de diferentes soportes comunicacionales, no solo promueve
el consumo de juguetes, sino que transmite otras construcciones culturales en
torno los roles de género que se deben asumir dentro de la sociedad.
Como objetos
socioculturales complejos que son, los juguetes nos permiten conocer diversos
aspectos de la sociedad que los produjo, en las cuales representan mucho más
que el juego ya que portan valores, una forma de ver el mundo, como se concibe
a lxs niñxs y la infancia. A su vez transmiten modelos de sociedad, mensajes;
unen, enlazan, promueven un cierto tipo de sociabilización, dan sentido a
formas de intercambio, representan un modo de concebir el uso y la circulación
de bienes. Funcionan como puente, como un nexo para la transmisión de
experiencias y testimonios entre generaciones y culturas.
Debemos ser consientes
que no solamente estamos inmersxs en una sociedad de consumo, dentro de un
sistema capitalista, sino que el sistema patriarcal
(que prepondera lo masculino por sobre femenino y otras identidades de
género) encuentra en los juguetes la manera de establecer mandatos y roles definidos
a niños y niñas. De esta manera no resulta raro que, desde muy temprana edad,
encontremos distinciones sexistas en relación a los colores y tipos de
juguetes.
Mientras que el rosa es
el color predominante para todos los artículos dirigidos a las niñas, el
azul/celeste domina en aquello que apunta a los niños. La elección de los
mismos no es azarosa: dentro de los cánones de nuestra cultura, el azul
denota inteligencia, seguridad,
confianza y profesionalidad; y el rosa es el color del amor, del cariño, protección y está vinculado con la debilidad.
De igual manera, el
tipo/característica del juguete responde a roles y lugares que se designan a
varones y mujeres dentro de la sociedad patriarcal. Es común que a niños se les
regale juguetes como autitos, motos, trenes, pelotas, superhéroes,
herramientas, metegoles, consolas de videojuegos, robots y que se fomente que utilicen
juguetes relacionados a la construcción, la guerra, la competencia, los
deportes y profesiones como médico, bomberos o policías; señalando que su lugar
para desenvolverse cotidianamente es el espacio
público. Todo lo contrario sucede con las niñas, destinadas a ocupar un rol
dentro del espacio privado, a las que
se le regalan juguetes dedicados al cuidado y maternidad (bebotes, casas de
muñecas, osos de peluches), a las tareas domesticas (cocinita, set de limpieza)
y aquellos que representen/fomenten un cierto tipo belleza.
La compra especifica de
estos tipos de juguetes está naturalizada y muy pocas veces cuestionada. Sin
embargo, lxs adultxs pueden intervenir en la desnaturalización de aquello que
promueve el mercado y la cultura patriarcal. Comprender el sentido otorgado a
los productos y las prácticas es el primer paso para el reposicionamiento de lxs
adultxs en la relación niñxs/mercado/cultura.
El juguete responde a
una intención de lxs adultxs, puesto que son quienes lo conciben, lo fabrican y
los obsequian a lxs niñxs para que jueguen y es en el juego donde se trae
aparejada una práctica social. Lxs niñxs como destinatarixs reciben esa carga
simbólica que se les provee, donde la cultura lxs moldea según costumbres,
modos de pensar y de trabajar.
No obstante, señalamos que lo que se cuestiona no
es del juguete en sí, sino el uso que se haga del mismo. Los mejores juguetes
son aquellos que permiten a lxs niñxs realizar la mayor cantidad de
operaciones, los que permiten desarrollar su imaginación, inteligencia, ampliar
su realidad, desarrollar su ingenio y probar sin temor al error o al fracaso.
Pero por sobre todas las cosas, son aquellos que les despiertan las ganas de
jugar.
Para romper esta lógica no se trata de imponer un
juguete ni mucho menos de prohibirlo. Lo que importa es ofrecer nuevos
patrones y modelos de relaciones entre géneros, ya que no son naturales sino
que se aprenden. En los juegos de dramatización (casita, maestra, doctor,
etc), lxs niñxs asumen y reproducen fielmente roles que observan de lxs
adultxs en su cotidianidad. Del mismo modo, interiorizan la valoración que
estos roles adquieren en la sociedad. La superación de los estereotipos
marcados culturalmente no se van a romper haciendo que los niños jueguen con
muñecas y las niñas con autos, sino cuando se apunte a que lxs niñxs usen
indistintamente éstos juguetes y que lxs adultxs les posibiliten las diversas
formas de interactuar con ellos.
Es por ello que al momento de comprar un juguete,
en las diferentes fechas impuestas por el mercado o simplemente cuando sintamos
las ganas de hacerlo, debemos pensar en cómo el mismo posiciona a niñxs frente
a nuevas sensaciones y experiencias que abren un abanico de posibilidades.
Los juguetes no están destinados a un sexo/género
particular, sino que son herramientas que permitirán a lxs niñxs construirse y
ser libres mediante el juego.
¡REGALÁ LA LIBERTAD DE ELEGIR!
Imágenes de la intervención que realizamos en el centro platense, el sábado anterior al "Día de lxs niñxs"...
Diseñando la caja |
Prueba en el Olga! |
ELEGÍ JUGUETES NO SEXISTAS! |
Estamos cansadxs de la imagen que promueve Barbie! |
Compartimos la nota que salio en el portal Marcha.org
Muchas gracias a Julieta Priegue por coparse y ser nuestra Barbie!
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